lunes, 16 de septiembre de 2013

16 de septiembre de 1955: LA FURIA TOMA EL PODER

Todavía resonaba en la memoria reciente el estridente sonido de las bombas sobre la Plaza de Mayo y la Casa Rosada. Los aviones dejando a su paso una escena nunca vista en la historia argentina.


"La caída del tirano Perón en Argentina es la mejor reparación al orgullo del Imperio y tiene 
para mí tanta importancia como la victoria de la segunda guerra mundial, y las fuerzas
 del Imperio Inglés no le darán tregua, cuartel ni descanso en vida, ni tampoco después de muerto."

Winston Churchill

Discurso en la Cámara de los Comunes 1955.





Todavía resonaba en la memoria reciente el estridente sonido de las bombas sobre la Plaza de Mayo y la Casa Rosada. Los aviones dejando a su paso una escena nunca vista en la historia argentina. 

Imágenes del bombardeo a la Plaza de Mayo
La escena de una plaza regada de cadáveres de niños y trabajadores que, sin ser conscientes de ello, eran víctimas de un salvajismo dispuesto a todo con tal de derrocar a un gobierno democrático, elegido por el 62 % de los votos, que había hecho de su política el ascenso social de los trabajadores y la nacionalización de las riquezas nacionales - entre otras cosas - perjudicando así, los intereses de una vieja oligarquía secular que jamás perdonaría que los trabajadores pudieran plantarse y defender sus derechos. Amén de ganarle democráticamente, ya que por primera vez se organizaban en torno a un proyecto de Estado de orden nacional y popular, que se llamó peronismo, y un conductor que se llamaba Juan Domingo Perón.

Tal fue esa fuerza políticamente organizada que gravita hasta nuestros días, con los vaivenes que merecen ser analizados profundamente, pero en otra oportunidad.

Esto, los trabajadores empoderados y en ascenso, es la causa central de su respuesta homicida.

El miedo que les causa perder sus prerrogativas y el fatalismo de no poder ganar en elecciones libres, los hace actuar con furia. Pero para ello necesitaban la mano que empuñe el arma. Esa mano corrupta dispuesta a mancharse con sangre del pueblo, como confesado escarmiento pero con el sólo objetivo de reinstaurar el orden del poder económico, alineado con el poder financiero norteamericano y en sociedad con las oligarquías nativas que vieron perder sus privilegios de la década infame.


La instrumentación del golpe

Aún antes del bombardeo de junio de 1955, el gobierno peronista estuvo sujeto a acciones desestabilizadoras que incluyeron atentados con bombas en movilizaciones, desabastecimiento, denuncias de corrupción jamás comprobadas, todas ellas fogoneadas y financiadas por el departamento de estado de EEUU y el Foreign Office británico, y garantizadas con la plataforma de difusión en que se transforman los medios gráficos, cuyos dueños al día de hoy siguen siendo los mismos.

Los bombarderos pintados con el símbolo de Cristo vence

A todo esto hay que sumarle el fuerte enfrentamiento con el Vaticano, en ese momento al mando de Pío XII, y con la cúpula de la Iglesia argentina, luego de un giro de la autoridad católica romana hacia los EEUU a fin de limitar el poder de gobiernos populares en latinoamérica que "podrían acercar peligrosamente a esos países hacia el comunismo" o a ciertas formas de populismo nacionalista antinorteamericano.

Se crea el Partido Demócrata Cristiano, uno de cuyos fundadores es José Alfredo Martínez de Hoz, y se comienza a alertar desde algunos púlpitos sobre las políticas anticlericales que ven en el peronismo.

Como respuesta, Perón profundiza en los derechos civiles promoviendo la modificación del Régimen del menor y la familia, así como la ley de Divorcio Vincular; nombra al rabino Amran Blum, catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras, como asesor presidencial en temas religiosos; se deroga las excepciones de impuestos y contribuciones estatales a las instituciones religiosas, conventos y colegios; se suprime la enseñanza de religión y moral en las escuelas públicas.

Todo esto lleva a movimientos de reacción y contra reacción en la calle, que suma a la sensación de caos pretendida por las fuerzas que querían desestabilizar al gobierno nacional.

Cabe destacar el contexto internacional de ese momento histórico: Los países victoriosos de la segunda guerra mundial ya habían superado la etapa de posguerra y se estaba debatiendo la articulación de dos grandes bloques. Uno capitalista y el otro bajo la órbita de Moscú. Si bien la Argentina de Perón había dado muestras expresas de pertenecer a una "Tercera posición" con otros países del mundo, esta área del planeta debía quedar sí o sí en manos de gobiernos pro-norteamericanos por lo que tenían que barrer con los líderes populares y con los movimientos obreros organizados de concepción antiimperialista.


La hora de las arpías

Los generales Eduardo Lonardi y Eugenio Aramburu junto al contralmirante Isaac Rojas gestan el golpe del 16 de septiembre de 1955 con apoyo abierto de la inteligencia británica.
Lonardi asume por menos de dos meses. Es relevado por una supuesta conducta conciliadora. Atrás se lo puede ver a Isaac Rojas


La sublevación contó con la suma de un número importante de regimientos pero no logró contar con la mayoría de las fuerzas armadas. Hubo duros enfrentamientos entre fuerzas del Ejército y la Aviación Naval en la zona de Sierra de la Ventana y combates de consideración en Bahía Blanca. Tras varios días de insurrección y al no poder imponerse numéricamente, el 19 de septiembre Rojas ordena al crucero "9 de julio" bombardear la refinería de Mar del Plata, la que arde durante días dejando un saldo de cientos de muertos.

Rojas y Aramburu, la conducción real del movimiento antidemocrático.


Con el hecho consumado ahora Rojas emplaza a Perón a renunciar ante la amenaza de bombardear las refinerías de Ensenada y Dock Sud, sus barcos son reabastecidos por buques británicos que se encontraban dando apoyo logístico al golpe.

Tiempo después, Raúl Scalabrini Ortiz escribía en la revista 'Qué sucedió en siete días': "Dos mil millones de dólares –el precio de nuestra miseria – es lo que está costando al país, hasta la fecha, el pago de la ayuda prestada por Gran Bretaña a la ‘revolución libertadora’. Quien formuló tan concreta acusación es don Rodolfo Irazusta... copartícipe de la gestión y de la responsabilidad ulterior del sangriento trastorno institucional ocurrido en 1955...’ No es posible que las espoletas de los proyectiles y el combustible de los barcos... cueste al país, como le está costando... dos mil millones de dólares.”
Rojas victorioso luego de bombardear la refinería de Mar del Plata


Perón pide asilo en el consulado del Paraguay e iniciará su exilio de 17 años. El pueblo trabajador y los más humildes quedarán otra vez bajo las garras del poder económico local y el poder financiero internacional.


Breve conclusión

No hay mejor forma de analizar los acontecimientos políticos que por sus consecuencias. En este caso, el golpe de la autodenominada "revolución libertadora" dejó su huella esparcida en las dos décadas que la sucedieron, y sentó las bases del más sangriento golpe militar de la historia argentina, allá por 1976.

Pérdida del poder adquisitivo de los salarios y de conquistas laborales, inicio del endeudamiento con el FMI, extranjerización de la economía, reinstauración de los monopolios agroexportadores, proscripción por 18 años del partido más popular de la Argentina y de su líder, fusilamiento de obreros y militares democráticos, prohibición de agremiación, entre otras medidas.

El dato estratégico más significativo se dio en el manejo del área económica. Por medio de Álvaro Alsogaray y A. Krieger Vassena se instaló el modelo de desinversión del Estado a mano de compañías extranjeras y se instala al salario del trabajador como variable de ajuste de todos los gobiernos que sucederán.
Abrazo de Rojas y Menem, todo un símbolo de la traición al ideario peronista


Años más tarde, el dogma neoliberal ganará su esplendor - a fuerza de bala y traición - de la mano de Martínez de Hoz y Cavallo...

Esta es la palpable evidencia de lo que representan los golpes de estado a gobiernos populares, con su secuela de terror, muerte, pobreza y endeudamiento que sufriera la inmensa mayoría de los argentinos y el Estado Nacional, que dejó de ir a su rescate.


El ADN destituyente

Clarín y su cita de honor
El objetivo más altruista del análisis histórico debe ser que no se repita, por lo menos en sus aspectos más negativos. De todas maneras, quizás por su modo cíclico, hay acontecimientos que tienden a repetirse una y otra vez sobre todo si están dictados por la disputa de quién detenta el poder en un país.Todos los golpes de estado a gobiernos populares y democráticos estuvieron precedidos por la instalación de malestar social, ya sea por medio de la carestía y el desabastecimiento de los alimentos, a través de campañas de denuncias sobre los gobernantes, siembra de la sensación de caos e inseguridad, y la necesaria alianza de los partidos opositores con el poder económico y mediático.

Bueno sería, apenas como un humilde homenaje a tantas víctimas de la fuerza brutal, que aprendamos a reconocer los mecanismos de la reacción antidemocrática que oscurecen y distorsionan la realidad hasta nuestros días, y a reclamar con firmeza que los poderosos se sometan a la ley permitiendo que los pueblos puedan elegir con libertad quienes los conducen en su camino hacia la soberanía política, la justicia social y la independencia económica.

Bs. As., 16 de septiembre de 2013

Fernando Triviño




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