El peronismo y la educación
En 1953 se inaugura la Universidad
Obrera Nacional creada en el año 1948 a través de la Ley 13229 del 19 de septiembre
de ese año, teniendo su sede en la calle Medrano 951, de la ciudad de Buenos
Aires.

Para el ingreso a la U.O .N. además de la
condición de obrero, se requería acreditar título de Técnico de Fábrica o de
escuelas Industriales del Estado. Los estudios duraban cinco años y se egresaba
con el título de Ingeniero de Fábrica.
Los objetivos, además de la capacitación
profesional de los obreros como una reivindicación social, era la de satisfacer
las necesidades de la creciente industria, proveer a la enseñanza técnica de
docentes formados en la experiencia del taller, asesorar en la elaboración de
planes y programas de estudio de los ciclos inferiores y en las tareas de
organización, dirección y fomento de la industria nacional, promoviendo a su
vez la investigación.

Los decanos de estas facultades cumplían con
la condición de obreros exigida por el Reglamento de la Universidad y la
mayoría provenía del gremialismo.
Las distintas facultades se especializaron
en Construcciones de Obras, Hormigón Armado, Obras Sanitarias, Construcciones
Mecánicas, Automotores, Transportes y Mecánica Ferroviaria, Instalaciones Eléctricas,
Construcciones Electromecánicas, Construcciones Aeronáuticas, Industrias
Textiles, Industrias Químicas, Construcciones Navales, Mecánica Rural,
Electrotécnica, Construcciones Antisísmicas y Telecomunicaciones.
Fue sorprendente la cantidad de aspirantes,
ya en 1953 ingresaron 676 alumnos y en 1955 la cifra se elevó a 1.956. El
espacio que la
Universidad Obrera Nacional generó fue ampliándose a través
de la creación de dependencias nuevas, como lo fueron la Federación Argentina
de Estudiantes de la U.N .O.,
su Oficina de Prensa y Difusión, el Instituto de Extensión Cultural y Técnica,
el Departamento Técnico y Didáctico y la Secretaría Gremial
de la universidad.
Posteriormente al golpe de 1955, la U.O .N comenzó a ser
llamada Universidad Tecnológica Nacional, y con ley de 1959 tomó
definitivamente esa denominación.
El presidente Perón
ya había manifestado en 1943, “…hemos
de crear la
Universidad Obrera para formar los técnicos del porvenir…”. Con su apertura se abría a
sectores hasta entonces marginados del ciclo universitario nuevas expectativas,
y les daba la esperanza de integrar un ámbito que tradicionalmente le era
hostil a sus posibilidades de futuro.
Los vaivenes políticos posteriores a 1955 no
pudieron tapar la importancia fundamental que para nuestro país significó la Universidad Obrera
Nacional, y a pesar de la asfixia presupuestaria que padeció y la lucha por la
subsistencia permitió con su permanencia el posterior crecimiento de su ámbito
y que hoy conocemos como Universidad Tecnológica Nacional., que con sus treinta
sedes a lo largo del país es la universidad más federal, representando un
formidable potencial único en su tipo en el País.
Como lo expresara en
el debate en la legislatura (1948) el diputado Bustos Fierro consignó que la Universidad Obrera “… otorgaba a la clase proletaria aquello que le
había sido secularmente negado: el acceso al mundo de la técnica, de la ciencia y
de la cultura…” y el
diputado Ricardo Guardo finalizaba su disertación diciendo “…la Universidad Obrera como continuación de la
enseñanza de oficios, abre para todos los hogares argentinos el camino de la
superación…”. El
Estado brindaba así en forma concreta la posibilidad de cultivar el grado
natural de inteligencia de cada uno de los habitantes del país, para que el
saber esté al alcance tanto de los más modestos como de los más poderosos.
De esta forma, se completaban todos
los ciclos para la formación de operarios especializados, técnicos
(Escuelas Técnicas) sumando ahora el nivel terciario, indispensables para
acompañar y nutrir con mano de obra y profesionales nacionales el proceso de
industrialización y crecimiento acelerado que se daba en nuestro país.
A sesenta años de su fundación puede
comprenderse y valorarse la iniciativa del gobierno del General Perón y sus
colaboradores, convirtiendo a la Universidad Obrera Nacional en la
herramienta fundamental para la educación de las generaciones que de allí
egresaran y que hoy continúa formando, otorgando títulos que alcanzan el mayor
prestigio profesional.
José María Di Giorno
[Texto
gentileza de Rodolfo Brieba]
Fuente: Agenda de
Reflexión
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